·^25 octubre, 2006^·

Malas palabras

[051]
Ximena Dahm andaba muy nerviosa, porque aquella mañana iba a iniciar su vida en la escuela. Corriendo iba de un espejo al otro, por toda la casa; y en uno de esos ires y venires, tropezó con un bolso y cayó desparramada al piso. No lloró, pero se enojó:
-¿Qué hace esta mierda acá?
La madre educó:
-Mijita, eso no se dice.
y Ximena, desde el piso, quiso saber:
-¿Para qué existen, mamá, las palabras que no se dicen?

3 Comentarios:

Blogger Denise dijo...

Sobre algo relacionado con este tema siempre recuerdo lo que decía Fontanarrosa:

“¿Por qué son malas las palabras? ¿Les pegan a las otras? ¿Son malas porque son de mala calidad?. Tienen actitudes reñidas con la moral, pero no sé quién las define como malas palabras, pero parecen los villanos de la película.
No hago una defensa incondicional y quijotesca de las malas palabras: algunas me gustan, otras no.
A veces culpamos a los jóvenes porque usan un vocabulario estrecho, pero no me preocupa que insulten permanentemente, lo que me preocuparía es que no tuvieran una capacidad de transmisión y expresión."
“Las malas palabras sirven mucho para expresarse. Hay algunas que son irreemplazables: no es lo mismo decir que una persona es tonta o pelotuda. Tonto puede ser una disminución neurológica agresiva, pero el secreto de la palabra pelotudo está en la letra ‘t’. Mierda es una palabra también irreemplazable. El secreto está en la ‘r’ fuerte, porque en otros lugares es más débil, como la pronuncian los cubanos, que la hacen más suave, como los chinos.”

12/29/2008 11:20 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Me encanta.

5/01/2010 1:36 a. m.  
Blogger Unknown dijo...

Este es el elegido.

5/18/2016 6:03 p. m.  

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