·^15 agosto, 2005^·

La institución conyugal

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El capitán Camilo Techera siempre andaba con Dios en la boca, buenos días si Dios quiere, hasta mañana si Dios quiere.
Cuando llegó al cuartel de artillería, descubrió que no había ni un solo soldado que estuviera casado como Dios manda y que vivían todos en pecado, retozando en promiscuidad como las bestias del campo.
Para acabar con aquel escándalo que ofendía al señor, mandó llamar al sacerdote que oficiaba misa en la ciudad de Trinidad. En un solo día, el cura administró a los soldados de la tropa, cada cual con su cada cuala, el santísimo sacramento del matrimonio en nombre del capitán, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos los soldados fueron maridos desde aquel domingo.
El lunes, un soldado dijo:
-Esa mujer es mía.
Y cavó el cuchillo en la barriga de un vecino que la estaba mirando.
El martes, otro soldado dijo:
-Para que aprendas.
Y retorció el pescuezo de la mujer que le debía obediencia.
El miércoles...